Efecto que produce en el vino el oxígeno contenido en el aire.
Cuando la cantidad de aire en contacto con el vino es reducida, el proceso de oxidación es lento y limitado. En los vinos tintos, el color rojo vivo va derivando a un rojo teja y más adelante adquiere tonos marrones. Los blancos oscurecen su color al amarillo más o menos intenso.
Cuando la cantidad de aire es mayor o se somete al vino a cambios bruscos de temperatura, la oxidación se acelera y acentúa, produciendo los vinos generosos y los rancios.