Es el crustáceo fluvial más pequeño de los ríos navarros. Relativamente frecuente en los de la vertiente mediterránea, su pesca está prohibida ya que constituye uno de los principales alimentos de la trucha, razón del color asalmonado de ésta.
Es uno de los platos más exquisitos de la gastronomía popular navarra, merienda de amigos, y sobre todo almuerzo en romerías, como cuando la efigie de San Miguel visita la ermita de Nuestra Señora de Oskia y los romeros de Ibero, Izu y Artazcoz van en peregrinación a Legarra.
El camarón de rio es prácticamente desconocido dentro de la hoy numerosa bibliografía nacional, si se exceptúa la navarra.